viernes, 22 de julio de 2011

Caso No. 5

Una mujer de 45 años, casada, tres hijos, nivel de Secundaria, modista, con el negocio dentro de su casa. Pasa por un estado depresivo ligero asociado a un sentimiento de culpa; y ese sentimiento de culpabilidad tiene su origen inmediato y aparente en la única vez que, en sus más de 20 años de casada, tuvo una aventura extramarital con un desconocido en un encuentro casual, aunque el descoocido no lo era tanto sino que era también conocido, pero de una manera peculiar. Y en ese encuentro de ese día fue cuando se descubrió como mujer, cuando supo todo el potencial que tenía, potencial que no había podido descubrir en sus largos años de matrimonio.


Esperaba un transporte público, cuando pasó un hombre en un motor. Al parecer, éste dio la vuelta a la cuadra porque volvió a pasar, pero esta segunda vez algo más despacio y mirándola fijamente, en lo que permitía el desplazamiento del motor. Y volvió a pasar, y la miró, y se detuvo, discretamente, unos pasos adelante. Ella, algo sorprendida, se dio cuenta de lo que eso significaba, y un poco titubeante, vio para todas partes, esperó unos segundos, como dando tiempo, pero sin saber a qué ni por qué; y fue a su encuentro, ya íntimamente convencida que era por ella que él se había detenido allí. Después de un muy breve diálogo subió al motor, y poco antes de llegar a la primera esquina, ya habían acordado cambiar la ruta y dirigirse a un lugar en el que había varios kioskos que la gente utilizaba, principalmente, cuando se requería de un sexo rápido, algo así como para momentos de emergencia. Ya dentro del kiosko, y ya decidida a lo que haría, fue cuando supo que ese desconocido era profesor de una de sus hijas, pero no un profesor más, sino aquel de quien su hija siempre hablaba, de quien ella siempre contaba sus ocurrencias, su sentido del humor, y de quien su hija decía que era el profesor que más quería. Muchos pensamientos la invadieron, sentimientos encontrados chocaron en su interior..., pero ya era tarde. Ya no podía (¡ni quería¡) volver atrás. Y se entregó a ese hombre, a ese desconocido, a ese profesor de su hija , a ése, el profesor más querido por su hija. Y descargó en él todo aquello contenido en los muy largos años de su matrimonio, aquello que le había negado siempre a su esposo, aquello que siempre se había negado a sí misma. Y ahí se descubrió como mujer, ahí, en ese lugar con todas sus incomodidades, con ese hombre de quien tanto hablaba su hija, sobretodo cuando la familia comía unida, lo que procuraban hacer la mayor parte de los mediodías. Y de tantos mediodías oir hablar de ese profesor, ya su nombre era parte de la familia, porque era una presencia cotidiana en la comida familiar.


Comentario


Esta mujer no tenía historial psiquiátrico, nunca había ido a una consulta de psiquiatría, ni había tomado medicamentos de los que se indican en esa especialidad médica. Su malestar depresivo estaba ligado a su sentimiento de culpa, a una sensación de culpabilidad por lo ya hecho, porque sentía haber manchado su papel de esposa y madre, pero más el de madre que el de esposa. No es raro observar, sin embargo, a madre e hija compitiendo por un hombre, una quitándole el amante a la otra, aunque no se sea plenamente consciente de esa realidad. Pero, aun dentro de su malestar, esa mujer sabía, y reconocía, que ese día lo llevaría como el gran día de su vida.


Este es otro ejemplo de una mujer que llega a la cima de su placer con un desconocido, aunque el desconocido lo era sólo relativamente, ya que era el profesor más querido por su hija, y de quien ella siempre oía hablar en la casa. Hay que recordar que cuando ella se enteró quién era, ya estaba totalmente decidida, por lo que puede vérsele como realmente un desconocido. No hubo, en consecuencia, en su esencia original, competencia madre-hija, ni consciente ni no consciente. Después, en la consecución y logro del placer, esta realidad pudo haberse impuesto, en uno o todos los planos de su psiquismo. Y determinar el logro de su máximo arrebato, de su inmenso y gran goce.

No hay comentarios:

Publicar un comentario