sábado, 27 de agosto de 2011

Al placer por el teléfono. Caso No.11

Es un hombre de 48 años, divorciado, padre de tres hijos, profesional, con una Diabetes de 10 años de evolución. A consecuencia de su enfermedad, enfrenta dificultad para poder alcanzar erección, y por ende, poder tener una relación sexual normal. Esta dificultad ha sido progresiva, y al momento actual sólo puede lograr su respuesta si recurre al uso de substancias recetadas para ese fin. Y no siempre es de buena calidad, tendiendo a perderla al poco tiempo de conseguirla. Esto lo ha limitado en sus aventuras, por lo avergonzado que se siente cada vez que no puede. Y debido a esa limitación, ha recurrido al uso del teléfono para lograr su meta de placer .



Por lo general, después de conocer a una mujer la llama varias veces hasta estar lo más seguro posible de que ésa le va a corresponder en su contacto telefónico. Y entonces, una vez seguro, empieza la plática con todos los ingredientes sexuales que por lo habitual tienen estos diálogos hasta lograr, mediante la masturbación, el placer buscado. En ocasiones ha encontrado una mujer propicia con la cual esta peculiar telerelación ha durado algunos meses. Pero en la mayoría de los casos la relación ha sido de corta duración, la que termina cuando la mujer le sugiere salir, verse, para hacer en la realidad todo lo que se han dicho por teléfono. Eso, él no lo puede permitir, no puede exponerse a que vean y sepan su condición real. Entiende que hasta que no haya una solución definitiva (ha pensado en cirugía, prótesis y otros métodos radicales) tendrá que seguir con sus telerelaciones. Porque, a veces, es mejor no dar la cara.



Comentario



En este caso, la pseudo relación sexual por teléfono se da por la imposibilidad física del sujeto de tener una respuesta eréctil que le permita llevar a cabo la verdadera relación sexual, debido fundamentalmente a una patología orgánica, metabólica, como es la Diabetes. Esta posibilidad se da casi exclusivamente en hombres, porque en términos generales la mujer siempre puede, y además, puede fingir su respuesta. Pero un hombre que no tenga erección, ¿cómo puede fingir que la tiene?

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