lunes, 19 de septiembre de 2011

Dos para él.

Algunos buscan que en la actividad sexual participen más de dos personas. La formación de tríos o cuartetos son, quizás, las constituciones grupales más frecuentes. Y de los tríos, el integrado por un hombre y dos mujeres (bien sean éstas conocidas o contratadas para ese fin) parece ocupar el primer lugar.

Caso No. 12

Son dos amigas, solteras, de 20 y 22 años, no hijos, nivel académico de Primaria e Intermedia, cada una con vida sexual activa con parejas casuales. En ocasiones, sin embargo, buscan un hombre para ellas dos. Lo buscan en lugares como bares, piano-bar, discotecas y establecimientos parecidos. Aparte que le agrade a ambas, requieren de éste algo esencial: que pueda quedarse hasta el otro día. Esto lo ven como primordial, ya que no resulta tan sencillo el proponerle lo que desean, y cuando se deciden y lo logran, quieren que esa ocasión sea de toda una larga noche y madrugada. Aunque viven juntas y solas, nunca han llevado un hombre al apartamento, para que a éste después no se le ocurra regresar por su propia cuenta. Estos encuentros lo llevan a cabo en moteles, y tienen dos o tres que son sus preferidos.

Cada vez, la secuencia es siempre la misma: una, a la que denominaremos A, se acuesta boca arriba, mientras B se introduce entre sus muslos, y por un tiempo, contempla los genitales de A, al tiempo que va diciendo "¡qué bonito lo tienes, qué bonito lo tienes¡", subiendo paulatina y progresivamente el volumen de su voz a la par que va en incremento la excitación de ambas. Luego, en un momento que sólo ella sabe, comienza a besarla y acariciarla oralmente en toda esa zona, y cuando entiende que ya está a punto de alcanzar su clímax, le dice al hombre (que está acostado al lado de A, y con la cabeza de ésta en su hombro izquierdo), que venga y penetre a A; y entonces A, apenas entran en su interior, estalla en placer y logra su orgasmo, por lo general antes que el hombre logre el suyo. Si el hombre no ha terminado, B lo llama y se coloca en posición cuadrúpedo para que, en esa forma, la penetre vaginalmente, y ella también alcanzar el suyo. Si el hombre terminó con A, entonces B espera hasta que esté otra vez dispuesto, y como quiera, logrará también su orgasmo. Esto, dependiendo de cada hombre en particular, se repetirá una o más veces toda esa noche y madrugada. Ninguna otra manera es. para A y B, más placentera que ésa. Por eso la buscan siempre.

Comentario

Aquí hay un claro comportamiento homosexual de sexo oral. Sin embargo, esa actividad homosexual está al servicio del coito heterosexual, pues es un acto preparatorio a la penetración, es llevarla a un nivel tal de excitación para que luego alcance su orgasmo en la relación con el hombre. Y hay que tomar en cuenta que ellas viven juntas, solas, y nunca han tenido nada entre ellas dentro de su apartamento, incluso cada una tiene su propia pareja masculina. Y la que prepara a la otra con el sexo oral, también luego tiene su propio placer con el hombre, de modo que el punto final para las dos es el placer en la relación heterosexual.

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