domingo, 25 de septiembre de 2011

Caso No. 14

Estas dos amigas, de 24 y 21 años, solteras, sin hijos, empleadas públicas, nivel académico de Secundaria, viven en el interior, no juntas, y vienen a la ciudad de Santo Domingo sólo para quedarse de un día para otro con un hombre a quien conocieron una tarde mientras almorzaban en la cafetería de un centro comercial. Se van a un motel, nunca a la casa del hombre, que aunque vive solo, ellas ni siquiera saben dónde es que reside.

Las relaciones sexuales él las alterna con las dos, primero una y luego la otra. Nunca ellas han hecho algo entre ellas, y nada más en una ocasión, de las más de quince que se han visto, las dos lo acariciaron al mismo tiempo. Es como si cada una estuviera sola con él; incluso, mientras tiene relaciones con una, la otra, acostada en la misma cama, da la espalda y hace como si no estuviera ahí, o camina por la habitación, o va al baño, o a cualquier otro sitio más apartado que haya en el lugar. Y cada una logra su orgasmo en cada relación, o en el mayor número de ellas, de manera intensa, y con profusión de gritos y quejidos. Y siempre, cada una tiene una última relación antes de dormir, y luego, una temprano, al empezar el nuevo día.

Después de comer dentro de la habitación, él las lleva a la parada del autobús que las transportará de vuelta a su pueblo. Y él, a las actividades cotidianas de su trabajo profesional. Por lo general no se llaman, y sólo lo hacen para acordar el nuevo encuentro, que tiende a ser de mes y medio a dos meses después. Y mientras ellas, allá en su pueblo, se dedican a sus labores habituales de empleadas públicas, sin que nadie de sus compañeros y compañeras sepan a qué van ellas, durante dos días, a Santo Domingo. Como tampoco lo saben sus regulares parejas del pueblo, porque ambas mantienen relaciones amorosas con dos jóvenes de su localidad.

Comentario

En este caso, no hay nada que sugiera homosexualidad, y salvo la ocasión en que ambas acariciaron al mismo tiempo al hombre, sus encuentros parecen más bien ser dos encuentros personales que coinciden al mismo tiempo en el mismo lugar. Y cada una, como se recuerda, tiene su propia pareja masculina estable con la que tiene su propia vida sexual.

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