sábado, 15 de octubre de 2011

Pasión caprina

Tanto hombres como mujeres recurren a animales para su gratificación sexual Por lo general, esto es más frecuente en hombres, y sobre todo en jóvenes del medio rural. Ahí es usual que hombres, en especial adolescentes, utilicen para estos fines diversos animales, como burras, chivas, puercas, vacas, becerras, e incluso aves de corral, como gallinas, patas, pavas, gansas. Y en el medio urbano, no es raro que mujeres utilicen por igual perros, la mayor parte de las veces para placer oral. Algunos llegan a desarrollar una auténtica pasión por un determinado animal, sustituyendo en su preferencia a cualquier ser humano.

Caso No. 16

Es un hombre de 27 años, casado, dos hijos, comerciante, con nivel académico de Bachillerato, originario del interior, con alto nivel económico y social, matrimoniado con una joven de igual o mejor posición socio económica. Siempre se ha considerado sexual mente bien dotado, tanto en sus atributos anatómicos como en sus capacidades y habilidades para satisfacer a su pareja; y por esta auto apreciación entiende que el mayor golpe que podría recibir en su vida es que una mujer de él se le entregue a otro. Pero su verdadera pasión son las chivas, esas caprinas que tanto se ven por la Línea Noroeste y por algunas partes del Sur del país. Por eso le gusta tanto ir a su pueblo, y en especial pasar días en una de las fincas de su familia, porque ahí hay chivas, muchas chivas. Para obtenerlas, construyó una trampa en el patio, cerca de la habitación en la que duerme, para poder escuchar cuando una chiva caiga en ella. Y tiene la seguridad de que será una chiva y no un chivo, porque a estos animales los encierran en corrales diferentes de acuerdo a su género: los chivos en uno, las chivas en otro. Entonces, antes de irse a la cama, abre la puerta del corral de las chivas. Y se acuesta a esperar. Cuando escucha el característico ¡catapún¡ que le indica que una chiva cayó, entonces se levanta y sale, a la hora que sea, a consumar su pasión. Esto lo hace esté solo o en compañía de su esposa, a quien deja tranquilamente durmiendo en su cama. De acuerdo a lo que refiere "quien prueba una chiva no vuelve con una mujer", y habla de lo cálido que es su interior, de las contracciones que pueden provocársele mordiéndole una oreja o golpeándola suave y repetidas veces en la parte anterior del hocico. Pero aunque dice eso que dice, es un hombre de intensa vida sexual, de acuerdo al número de mujeres que ha tenido a lo largo de sus años de vida. Y ha mantenido una relación conyugal en apariencia estable, a pesar de ocasionales asomos de separación.

Comentario

Como se trata de un hombre que ha conocido en la intimidad a un considerable número de mujeres, que las ha tenido de muy diversas características, hay que pensar que lo que las chivas representan para él como gratificación sexual, como objetos de placer, es algo muy particular y de gran fuerza de atracción. Porque vuelve siempre con ellas, por haber diseñado y construido una trampa para ellas, por esperar que una caiga sin importarle estar acostado con su esposa, y por dejar a ésta, a cualquier hora de la noche o la madrugada, para irse con la chiva, exponiéndose incluso a los peligros que puedan acechar a esas horas en un campo.

Las chivas son lo único constante, duradero y estable en su vida sexual; son su verdadera pasión.

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